Cueva de los verdes

Cogitavisse erant puerilis utrum efficiantur adhuc expeteretur.

Cueva de los verdes

Una visita interesante es la cueva de los verdes, un tubo volcánico que César Manrique adaptó para hacerlo accesible a los visitantes.

Está situada en el norte de la Isla de Lanzarote, e integrada en el vasto paisaje volcánico del Monumento Natural del Malpaís de La Corona.
Su formación es el resultado de la actividad eruptiva del Volcán de la Corona (datada según los geólogos hace aproximadamente 3000 - 5000 años), que dio lugar a un extenso túnel volcánico subterráneo de más de seis kilómetros de longitud que discurre desde el cono volcánico hasta el mar.

Un túnel volcánico se produce por el enfriamiento y solidificación de la parte superficial de una colada lávica en contacto con el aire mientras el magma fundido del interior continúa fluyendo. El desprendimiento parcial del techo de una sección de este túnel forma la estructura denominada "Jameo", que no es más que la abertura o boca del terreno que permite el acceso a las diferentes grutas.

El túnel formado por el Volcán de la Corona es uno de los más extensos e interesantes del planeta. A lo largo de su recorrido, existen al menos dieciséis Jameos. Los más de seis kilómetros conocidos se prolongan desde el cráter del volcán hasta que se adentra en el mar en un tramo submarino de un kilómetro y medios denominado "Túnel de la Atlántida".

Pocas experiencias suelen ser más interesantes para un viajero, en tanto que aventura y descubrimiento, como el acceso a una cueva. Sin duda, visitar La Cueva de los Verdes es un verdadero viaje iniciático a las entrañas de la tierra.

El tramo visitable de la Cueva de los Verdes está formado por un kilómetro de galerías superpuestas con interconexiones verticales entre ellas. En algunos puntos llega a tener tres niveles y permiten al visitante descubrir nuevos espacios desde perspectivas diferentes.

El interior del túnel llega a tener unos cincuenta metros de altura con anchuras que se aproximan a los quince metros. Existen peculiares formaciones y estructuras pétreas: canales de lava, bloques sólidos arrastrados por la corriente, goterones de lava, depósitos salinos y sucesivos estratos de lava solidificada.

Resulta particularmente espectacular la gama de colores que adornan las bóvedas y paredes de la gruta. Los colores rojizos son debidos a la oxidación del contenido en hierro de los basaltos. Las múltiples tonalidades ocres provienen de los reflejos de la luz sobre florescencias salinas producidas por las filtraciones de agua desde la superficie. Llama la atención el agradable clima del interior. Las corrientes de aire permiten una ventilación natural suave y agradable y la temperatura, constante, se sitúa en torno a los diecinueve grados.